Las palabras que expresamos
Rosemary M. Wixom
Presidenta General de la Primaria:
También podemos influir en nuestros hijos por medio de las palabras que les escribamos. Nefi escribe: “…trabajamos diligentemente para escribir, a fin de persuadir a nuestros hijos… a creer en Cristo y a reconciliarse con Dios”6.
El presidente Thomas S. Monson compartió la experiencia de Jay Hess, un aviador que fue derribado en el norte de Vietnam en la década de los años 60: “Durante dos años su familia no tenía idea si estaba vivo o muerto. Los que lo capturaron en Hanoi finalmente le permitieron escribir a casa, pero debía limitar su mensaje a 25 palabras”. El presidente Monson pregunta: “¿Qué diríamos ustedes y yo a nuestra familia si estuviésemos en la misma situación —sin haberla visto durante más de dos años y sin saber si la veríamos otra vez? Con el deseo de mandar algo que su familia reconociera que provenía de él y también con el deseo de darles consejo valioso, el hermano Hess escribió lo siguiente: ‘Estas cosas son importantes: el matrimonio en el templo, la misión, la universidad. Sigan adelante, establezcan metas, escriban historia, tomen fotos dos veces al año’”7.
¿Qué palabras escribirían ustedes a sus hijos si tuvieran 25 palabras o menos?
El joven padre del que hablé hace un rato, el que escribió los recuerdos de su maestra de segundo grado, actualmente está criando a una hermosa hijita. Él percibe la confianza celestial que se ha depositado en él. Cuando ella crezca, ¿qué futuro tendrá? ¿Qué le dirá él que le llegue profundamente al corazón? ¿Qué palabras la alentarán, la edificarán y la ayudarán a permanecer en el sendero? ¿Marcará una diferencia si él se toma el tiempo para susurrarle: “Eres una hija de Dios”? ¿Recordará ella algún día que su padre solía decir las palabras: “Me encanta todo de ti”? (Las palabras que expresamos, Liahona Mayo 2013, pág. 82-83)
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