Por favor,
enseñen por el Espíritu Santo. Si no lo hacemos así, según las Escrituras
estaremos enseñando “de alguna otra manera” (D. y C. 50:17). Y cualquier otra
manera “no es de Dios” (versículo 20). De todas las formas posibles, den a sus
alumnos la oportunidad de tener experiencias espirituales (…) (Enseñando,
Predicando, Sanando, Liahona enero 2003, Pág. 18).
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