Liahona Mayo 2013, Élder Craig A. Cardón, De los Setenta

Su compasión y Su gracia no nos justifican cuando "[nuestros] corazones no están satis­fechos; y no [obedecemos] la verdad, antes [nos deleitamos] en la iniquidad". Más bien, después de hacer todo cuanto podamos, Su compasión y Su gracia son los medios por los que, "con el transcurso del tiempo", vencemos al mundo a través del poder habilitador de la Expiación. Al procu­rar con humildad ese precioso don, "las cosas débiles [se hacen] fuertes para [nosotros]", y por medio de Su fortaleza, somos capaces de hacer lo que nunca podríamos hacer solos.

El Señor considera la luz que hemos recibido, los deseos de nuestro corazón y nuestras obras, y cuando nos arrepentimos y procuramos Su perdón, Él perdona. Al pensar en nuestra vida y en la de nuestros seres queridos y conocidos, debemos estar igualmente dispuestos a perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.   (El Salvador desea perdonar, Liahona Mayo 2013, Pág. 16-17)


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