Para concluir, quisiera hablar a quienes tienen un familiar que no
está tomando buenas decisiones. Ello puede poner a prueba nuestra paciencia y
perseverancia. Tenemos que confiar en el Señor y en que, cuando Él lo
considere apropiado, recibiremos una respuesta positiva a nuestras oraciones y
a nuestro esfuerzo por rescatar. Hacemos todo lo que podemos para servir,
bendecir y reconocer humildemente la voluntad de Dios en todas las cosas.
Ejercemos fe y recordamos que hay cosas que debemos dejar en manos del Señor.
Él nos invita a depositar las cargas a Sus pies. Con fe, podemos saber que ese
extraviado ser querido no está abandonado, sino que se encuentra al cuidado de
un amoroso Salvador.
Reconozcamos lo bueno en los demás y no sus imperfecciones. Hay
momentos en que es necesario prestar la debida atención para limpiar unamancha,
pero debemos siempre concentrarnos en sus virtudes.
Cuando sientas que tienes apenas un hilo delgado de esperanza, en realidad
no es un hilo sino un poderoso vínculo, como un poderoso instrumento de
salvación que te fortalece y te eleva. Te proporcionará consuelo para que
puedas dejar a un lado el temor. Esfuérzate por vivir dignamente y pon tu
confianza en el Señor.
No debemos preocuparnos si no podemos hacer todo lo que el Señor nos
ha aconsejado al mismo tiempo. Él también ha hablado de un tiempo y una época
para todas las cosas. En respuesta a nuestras oraciones sinceras pidiendo
guía, Él nos dirigirá para saber en qué debemos hacer hincapié durante cada
etapa de nuestra vida. Podemos aprender, progresar y llegar a ser como Él, paso
a paso, en forma constante.
Doy mi testimonio de que el vivir con obediencia, afirmados con fuerza
en el evangelio de Jesucristo, nos proporcionará la mayor certeza de tener paz
y refugio en nuestro hogar. Igualmente tendremos muchos desafíos y congojas,
pero aun en medio de las dificultades, podremos disfrutar de paz interior y de
verdadera felicidad. Testifico que la expiación de Jesucristo es la fuente de
abundante paz; en el nombre de Jesucristo. Amén. (“La paz en el hogar”,
Liahona Mayo 2013, pág. 31)
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